Wonder, la película que refleja una historia de bullying, fue estrenada en Netflix en el mes de Agosto y rápidamente se ubicó como una de las películas más vistas de la plataforma por su mensaje inspirador e inclusivo; exponiendo claramente que el acoso escolar requiere del accionar responsable y conjunto de la comunidad educativa, los adultos responsables y los estudiantes para evitar que siga existiendo.
“Extraordinario” (en español), se estrenó en Noviembre de 2017, con la dirección de Stephen Chbosky, y las actuaciones estelares de Julia Roberts, Owen Wilson y Jacob Tremblay.
Basada en el libro homónimo de la escritora estadounidense Raquel Palacio, nos presenta la historia de “Auggie” Pullman, un niño de 10 años con una malformación genética en el rostro, conocido como Síndrome Treacher-Collins. Este trastorno genético facial afecta generalmente a los pómulos, la mandíbula, el mentón y las orejas. A su corta edad, August ha superado más de 27 operaciones. Durante toda su vida, fue educado en su hogar, teniendo a su madre como profesora. Sin embargo, los problemas surgen cuando sus padres deciden que enfrente el desafío de asistir a la escuela, donde intentara encontrar amigos mientras soporta el acoso escolar y la discriminación por sus rasgos faciales.
El “bullying” o acoso escolar, consiste en el hostigamiento o maltrato agresivo, de manera intencional, que se produce entre estudiantes en el ámbito escolar. Se trata de una relación desigual de poder, que se da de manera sistemática y sostenida en el tiempo. En síntesis, su fórmula se basa en los siguientes puntos: entre pares, desbalance de poder, intencionalidad y cronicidad.
La escuela debería ser el espacio donde los/as niños/as se sienten seguros/as. Por el contrario, las estadísticas nos muestran que para algunos estudiantes se ha convertido en un lugar peligroso. Según estudios de la UNESCO (2018), donde se comparan las estadísticas de 16 países latinoamericanos, Argentina se configura como el país que tiene las cifras más altas de bullying, ya que aproximadamente 1 de cada 3 estudiantes ha sido acosado/a por sus compañeros/as. De igual forma, se puede mencionar los resultados obtenidos en las Pruebas Aprender 2017, donde al investigar el clima escolar, se detectó que el 63% de los estudiantes de la secundaria perciben agresiones, insultos y amenazas entre compañeros/as.
En el filme, se podrá dimensionar el daño que ocasiona el acoso escolar en sus múltiples formas. Este puede darse de manera: física (golpes, empujones, robar o dañar pertenencias), verbal (insultos, burlas, apodos hirientes, amenazas), psicológica (intimidar, humillar y/o excluir) y/o social (aislar a la víctima del resto del grupo, esparcir rumores con la finalidad de dañar la imagen del otro).
Cuando la violencia no se “queda” en las aulas, sino que traspasa dichas paredes y llega a las redes sociales, los mensajes de texto, las páginas webs, los blogs, los juegos online, hablamos de ciberbullying. Es un tipo de acoso grave y preocupante ya que el hostigamiento puede sostenerse día y noche, más allá de la escuela, atravesando puertas y recorriendo kilómetros hasta golpear al destinatario. El enorme potencial de alcance de los actos de humillación contra la víctima, el anonimato en que pueden permanecer los acosadores, la permanencia de las agresiones en la web, la difusión instantánea, son las características que nos alertan sobre los peligros del acoso virtual. Se puede dar a través de los típicos insultos, los montajes fotográficos, los vídeos humillantes, las imágenes inadecuadas de la víctima realizadas sin su consentimiento, la difusión de rumores falsos, la creación de perfiles para agredir y hasta inclusive la opción de “hackear” cuentas ajenas. En la actualidad, se han acrecentado considerablemente los casos de ciberbullying producto de la “hiperconectividad” propia de la virtualidad que exige estos tiempos de pandemia.
En cualquier forma que se manifieste, es significativo identificar a los participantes del acoso escolar y los roles que ocupan cada uno de ellos. Hace un tiempo, cuando se pensaba en una situación de bullying, se solía hablar solamente de hostigador (es quien ejerce su poder para humillar a otro/a) y hostigado (es quien sufre el maltrato). Actualmente, esta mirada se ha ampliado y como participantes encontramos también a los espectadores. Estos son aquellos estudiantes que presencian dichas situaciones de violencia, y que habitualmente no se animan a denunciar por miedo a represalias, por no quedar como “el buchón”, por no tener pruebas o por temor a que no le crean.
Asimismo, generalmente se suman a la agresión produciendo un efecto contagio. De esta manera, se puede decir que los espectadores ocupan un rol indispensable, ya que son capaces de advertir y denunciar, convirtiéndose en protectores. Por esto, la mayoría de las campañas antibullying se basan en dicha premisa, como por ejemplo, la más difundida: “si no haces nada, sos parte”. En el desarrollo de la película, se puede visibilizar como los/as compañeros/as de Auggie, transitan esta transformación de espectadores a protectores.
En este contexto, las intervenciones ante casos de bullying deben ser de manera integral, sostenidas en el tiempo y con la participación de toda la comunidad educativa (estudiantes, familias, docentes, equipos profesionales y directivos). Por consiguiente, es fundamental desarrollar acciones que se basen en la promoción de una convivencia positiva, en la educación emocional, y que garanticen los derechos de niños, niñas y adolescentes.
La prevención del bullying en la familia debe ser continua, ayudando a los/as niños/as a desarrollar habilidades socio-emocionales con el objetivo de reducir el riesgo de que sufran esta problemática.
En “Wonder”, podemos observar que Julia Roberts y Owen Wilson, en su papel de padre y madre de Auggie, son comprensivos y apoyan a su hijo. Esto evidencia que se debe generar un ambiente familiar de respeto, calidez y confianza; donde se propicie el dialogo como medio para resolver conflictos, reservando mínimamente un momento al día para “la charla familiar”. La escucha debe ser atenta y activa, sin juzgar, sin interrumpirlo/a, para conocer sus inquietudes y emociones. En efecto, acompañarlos/as sin restar importancia ni minimizar lo que sienten, ya que probablemente no fue sencillo para el NNyA contar su experiencia. Se sugiere evitar respuestas como: “es parte de crecer”, “arréglatelas como puedas”, “no te podes poner así por esa pavada”, “es ridículo lo que decís”. Al mismo tiempo, en caso de que nos cuente algo que nos preocupe o enoje, es importante mantener la calma.
Por otro lado, es primordial fortalecer su autoestima, demostrando confianza en ellos y destacando sus logros. August refiere a esto cuando afirma: “creo que debería haber una regla para que todos sean ovacionados al menos una vez en sus vidas”.
A su vez, es de suma importancia que los adultos responsables estén atentos a cualquier cambio de conducta de sus hijos/as. Eso que nos llama la atención, es un signo de alarma. Las conductas que nos pueden estar indicando que los niños/as pueden estar sufriendo bullying son: inseguridad, baja autoestima, cambios en el rendimiento académico, expresiones de ansiedad o angustia, dificultades para dormir (pesadillas o insomnio), aislamiento social, irritabilidad, rechazo a ir a la escuela, entre otras.
Por su parte, debemos acompañar a nuestros NNyA en el aprendizaje de ser más empáticos y respetuosos. El camino a seguir es incentivarlos a que se “pongan en el lugar del otro” para que puedan comprender las consecuencias de sus acciones. Por lo cual, necesitamos unir fuerzas y consolidar una profunda alianza familia-escuela.
En caso de detectarse un caso de bullying, el rol del docente es identificar el maltrato y actuar de inmediato. Conservando la calma, deberá garantizar la seguridad inmediata del niño/a agredido/a y aplicar medidas correctoras dirigidas al alumno o grupo agresor. Finalmente, corresponderá tomar recaudos para que no vuelva a suceder. Con respecto al rol familiar, se recomienda evitar las siguientes acciones: enfrentarse directamente con el acosador o con sus padres, incentivar a su hijo/a para que “vuelva y pelee”, pedirle a la víctima que solucione el problema o prometer que guardara el secreto.
En la película se puede observar el papel del profesor Browne, quien enseña valores de solidaridad y empatía con sus preceptos como: “si tienes que elegir entre tener la razón o ser amable, elige siempre ser amable”. En suma, podemos enumerar algunas estrategias escolares para la prevención del bullying.
En primer lugar, es imprescindible capacitar al personal del colegio sobre dicha problemática. Además, se pueden realizar cuestionarios anónimos regulares sobre el clima social a los/as alumnos/as que aportara información vital sobre cuando, donde y como se dan dichas agresiones. En esta línea, corresponderá aumentar la supervisión de las áreas comunes: baños, pasillos y patios, conocidos como “puntos calientes” para el bullying.
En cuanto al trabajo propiamente áulico, se puede destinar un espacio semanal para reflexionar y ofrecer herramientas para resolver los conflictos de manera pacífica. Aquí, un punto sustancial es trabajar desde las bases de la educación emocional, planteando actividades que fomenten la convivencia, la ayuda entre pares, el compañerismo y el fortalecimiento de la autoestima. En este sentido, recomiendo realizar una actividad áulica denominada “Hay una carta para vos”. La metodología se basa en proponer a los estudiantes escribir tres virtudes y tres defectos personales en una hoja y luego guardarlos en un sobre, que llevara su nombre en el exterior. Dicho sobre pasará por todos los/as compañeros/as, que solamente podrán agregar tres virtudes, pero ningún defecto. Al finalizar, cada estudiante podrá leer todo lo bueno que los demás piensan de él/ella. El objetivo de dicha dinámica es crecer en la aceptación de nuestras diferencias, y poder entender que si bien todos tenemos defectos, también contamos con muchas cualidades que el resto aprecia.
En definitiva, educar en el respeto y la inclusión es tarea de todos/as. Y como decía Miguelito de “Mafalda”: “comprensión y respeto, eso es lo importante para convivir con los demás, y sobretodo ¿sabes qué? No creer que uno es mejor que nadie”.
“Wonder” se ha convertido en una de las historias más inspiradoras de los últimos años, con un fuerte mensaje que podemos utilizar para sensibilizar a los NNyA contra el acoso escolar, entendiendo finalmente que “todos podemos ser un compañero extraordinario”.
*Lic. en Trabajo Social (MP N° 504)
Servicio Social – Hospital Dr. Rogelio Amicarelli (Bernasconi – La Pampa)
Profesor – ISESS (Santa Rosa – La Pampa)